

Discover more from Errare humanum est
En el tiempo que vas a tardar en leer esto, en el mundo se habrán consumido 700.000 barriles de petróleo. Creo que no hace falta explicar dónde está el problema. Lo hemos oído en multitud de ocasiones, ha salido de innumerables bocas y no pocas son las soluciones que se plantean al respecto. Y hoy vamos a hablar de eso. De soluciones. O de la ausencia de ellas. De cómo estamos pasando de saquear petróleo a saquear otro tipo de recursos en nombre del cambio climático. Abanderados por la sostenibilidad.
Si le preguntas a cualquier persona dónde está el futuro de la automoción (uno de los sectores que más CO2 emite es el transporte), sin duda te dirá que el coche eléctrico. Los motores de estos coches son mucho más eficientes que sus homólogos de combustible, pero tienen un pequeño problema, se alimentan de energía eléctrica, mucho más difícil de transportar que la gasolina o el diesel. Para poder almacenarla necesitamos baterías y las baterías, por lo menos hasta el día de hoy, están hechas principalmente de litio, un material contaminante, del cual no tenemos mucho, que no se puede reciclar al completo y que encima su vida útil es bastante corta. Además, no nos olvidemos de otros medios de transportes como el aéreo o el marítimo, para los cuales la opción eléctrica queda completamente descartada por el momento.
Y así todo el rato. Queremos ser cada vez menos dependientes de los combustibles fósiles y las alternativas pasan por saquear otros minerales mucho más escasos y no menos contaminantes. Pero perdona que te diga, pero lo que realmente queremos es seguir manteniendo nuestro estilo actual de vida mientras nos convencemos de que lo estamos haciendo bien. ¿Qué haremos cuando nos quedemos sin reservas de litio? ¿Nos inventaremos otro movimiento social culpando al litio de todos nuestros problemas y pasaremos a proponer como solución otro recurso finito?
Pero tranquilo, aun queda petróleo y gas por extraer. Posiblemente mueras antes de que suceda el “Petrocalipsis”. ¿Y sabes qué? En el fondo te da igual. No tienes skin in the game. Pero no te culpo, yo tampoco la tengo. Ni nadie. Ninguno de nosotros nos estamos jugando el cuello con esto. Reciclas el plástico porque no quieres verlo en la playa de tu ciudad al día siguiente. Pero sigues cogiendo el coche para ir a trabajar todos los días porque las consecuencias del cambio climático no las sufrirás en tu vida.
Y sé lo que piensas. Sé que tienes un as bajo la manga y que estás más cerca de sacarlo conforme se va acabando el post. Y es que, claro, la ciencia siempre nos ha salvado. ¡La fusión nuclear salvará el mundo! Llevamos casi un siglo hablando de la fusión nuclear. ¿Y qué hemos conseguido? Nada usable. Hay avances, sí, pero nada comparables con lo que necesitaríamos para suplir de energía a una sociedad que no para de crecer. Es un proceso que va muy lento, que desespera y sin contar que estamos todavía muy lejos de saber cómo meter un reactor de fusión en un coche o en un avión. Además, para de traspasar toda tu responsabilidad a la ciencia. No te va a salvar el culo. No siempre lo hace. Cada 5 minutos muere una persona por cáncer en España. La ciencia sigue luchando, pero hay cosas que desgraciadamente todavía se nos escapan de las manos. ¿Cómo estás tan seguro de que encontraremos una solución para esto en menos de 10 años? Tic tac. Tic tac.
Con este panorama que estamos pilotando parece que se vienen unos siglos cojonudos. Pero tranquilo, no pasa nada, no los vas a ver. Nadie está dispuesto a renunciar a sus privilegios por un problema que no les afectará. Rompe todo lo que quieras. Consume todo lo que desees. Y sobre todo, siéntete orgulloso de ser una de las últimas generaciones que mejor ha vivido en este planeta. Porque yo, antes de irme a Marte a vivir, prefiero arder en las llamas de lo algún día llamé Hogar.